Debemos a Marcel
Schwob el brillante ensayo “El arte de la biografía”. En él, Schwob encuentra
la manera de comprender con mayor acierto a los individuos. El problema que plantea es el que enfrenta el biógrafo cuando
pretende escribir la vida de una persona que ha muerto hace mucho tiempo y
sobre quien la Historia, empeñada en dejarnos sus actos más valiosos, nos deja
una lista de datos superfluos. Es la herencia de la ciencia que tiende hacia
las ideas generales y Schwob aclara que el Arte esta en la parte opuesta, que solamente
describe lo que es individual. No
clasifica: desclasifica. Para hacer de la biografía algo verdaderamente
significativo debemos recurrir al arte e indagar, con esta mirada, dentro de la
Historia. Encontrar dentro de cada vida, los rasgos que son únicos e
irrepetibles.
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