“—A mi padre —empezó contando con su voz un poco impertinente, nasal—, a mi padre le gustaba
la aventura ya mí también me ha gustado. Se llamaba Benigno Martínez, era
militar y murió en El Ferrol, de capitán general de Burgos, cargado de deudas y
tras haber estado en Cuba con el general Concha. En Barcelona, siendo eso que
llaman alférez, conoció a mi Madre que era viuda de un señor Junyent –de la familia de los Junyent, o sea de los
alpargateros del Born, que eran aquellos
que hacían el Carnaval—. Yo nací el año 1872 y me bautizaron en la
Catedral. Hace algunos años tuve necesidad de conseguir mis papeles y Adrià
Gual quiso encargarse de ello. Gual me
dijo, pasados unos meses, que mi fe de bautismo no se localizaba. Claro. No
podía encontrarse. Imagine lo que debía ser en Barcelona, hace más de cincuenta
años, una relación irregular. Estremece pensarlo, ¡desgraciado! Sea como sea,
me inscribieron haciendo trampas. Mi padre figuró en el papel con nombre
supuesto, ¡tan supuesto que en lugar de poner, en el momento de cantar su
profesión, militar (que era su oficio) pusieron del comercio! El único nombre real es el de mi madre, que era una
santa. Y bien: me pusieron los nombre del santo del día y basta.”
Vida de Manolo (Fragmento)
Josep Pla
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