"Estaba cansado de la vida ociosa y turbulenta
de París, de la muchedumbre de petimetres, de los malos libros impresos
con la aprobación y el privilegio del rey, de las cábalas de los
hombres de letras, de las bajezas y del bandidaje de los
miserables que deshonran la literatura. Conocí en 1733 a una joven
señora que pensaba más o menos como yo y que tomó la resolución de ir a
pasar varios años en el campo para cultivar su espíritu lejos del
tumulto del mundo: era la señora marquesa du Châtelet, la mujer de Francia
con más disposición para todas las ciencias."
Fragmento inicial de Memorias para servir a la vida de Voltaire, escritas por él mismo
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